La importancia de una educación escolar con cultura emprendedora

Perú es un país tan lleno de oportunidades comerciales que es prácticamente imposible no desear emprender una empresa. Y es que si en Brasil levantan una piedra y encuentras un futbolista, en nuestro país levantas una piedra y encuentras un emprendedor. De hecho, hemos sido por dos año consecutivos considerados el país más emprendedor del mundo entero, según el estudio de la G.E.M. (Global entreprenaurship Monitor), lo que significa que en ningún otro país del mundo se crean tantas empresas nuevas al año como el nuestro, y nos sentimos orgullosos de ello. Sin embargo, lo que no muchos conocen es que el 80% de ese gran número de empresas creadas (casi dos millones y medio) fracasará el primer año. Consideren que cuando una empresa fracasa, no sólo se frustran los sueños de un emprendedor, sino también, la oportunidad de mejorar la calidad de vida de su familia y crear nuevos puestos de trabajo para que otras familias se beneficien indirectamente.

Dentro de este contexto, como bien decía Oppenheimer: “La educación es demasiada importante para dejarla sólo en manos del gobierno”.  Es cierto que un emprendedor debe tener como característica principal, no tener miedo a soñar, pero aún más importante que eso, es tener las habilidades para poder convertir sus sueños en realidad. La universidad sólo nos da competencias instrumentales, pero las habilidades y destrezas sociales y motivacionales como liderazgo, autoconocimiento, creatividad para la innovación, compromiso con la sociedad, y saber trabajar en equipo, son competencias que pueden y deben ser formadas desde las aulas escolares, y dependerá mucho de la visión de sus directivos y profesores,  de involucrarse sincera y conscientemente en el rol tan fundamental que juega la educación escolar con visión emprendedora en el futuro profesional de sus alumnos.

 

¿POR QUÉ EDUCAR PARA EL EMPRENDIMIENTO A JÓVENES EN EDAD ESCOLAR?

En un sentido amplio, numerosas iniciativas dentro de las escuelas son emprendedoras y traen bienestar a la comunidad. Pero a pesar de que algunas personas parecen haber nacido con las condiciones necesarias para llevar adelante sus ideas, existe consenso en que los emprendedores no nacen sino que más bien se hacen, a partir de su experiencia vital.

Tener cultura de emprendimiento no sólo tiene que ver con formar empresarios. De acuerdo a un estudio dirigido por la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard en escuelas secundarias de Boston, los estudiantes que realizan cursos de emprendimiento en el ámbito escolar,  muestran un cambio significativo en el desarrollo de competencias y destrezas típicas como:

  • La perseverancia y la responsabilidad.
  • Liderazgo y una gran capacidad de comunicar una idea, convenciendo e involucrando a más personas, que se suman, acompañan y colaboran en su realización.
  • Perder el miedo a hablar en público y atreverse a “pensar en grande”.
  • Es formar jóvenes más activos que no tengan miedo a innovar, capaces de crear proyectos personales, descubriendo y aprovechando las oportunidades del entorno para llevarlos adelante.

Determinadas cualidades son comunes a las personas con espíritu emprendedor. Enseñar cultura de emprendimiento no sólo trae beneficios económicos a nivel país por disponer de jóvenes aptos para generar sus propias ocupaciones, sino que también ayuda al desarrollo individual de los alumnos, fomentando su autoestima y confianza. Los estudiantes aprenden actitudes, habilidades, y comportamientos que les permitirán entrar en el mundo del trabajo y progresar en sus carreras profesionales.

El mundo ha cambiado, el ámbito de los negocios también. Ya no es el más grande el que se come al más pequeño, ahora es el más rápido el que se come al más lento. ¿Y a qué velocidad deseamos que se muevan nuestros hijos?